Es una competición injusta. Canarias puede prohibir los toros y no le pasa nada. Cuando Cataluña hizo lo mismo, se armó un follón español-patriotero que acabó con la promulgación de una ley especial para quitarle esa competencia a las CCAA.
La conclusión es que no hay problema con lo de los toros, el problema es cuando los catalanes toman alguna decisión. Eso no lo pueden hacer los catalanes pero sí los castellanos.
Por lo tanto Cataluña es un país sometido y el proceso hacia la independencia tiene mucho sentido.